Antes de hablar del punto P masculino, debes saber que existe toda una serie de mitos y supersticiones relacionados con los genitales masculinos, entre los cuales, que el mayor placer siempre suele atribuirse solamente al pene simplemente porque este es el que esta visible. Pero, en realidad, los hombres tienen un conocimiento muy limitado de su equipo sexual por lo que lamentablemente se pierden de múltiples experiencias que podrían dejarlos perplejos.
Tomando en cuenta tan crucial fenómeno como lo es la ignorancia, conviene examinar el sistema genital masculino y averiguar que otras zonas pueden promover un placer igual o incluso mejor que el pene. Dada tal consideración, te presentamos el punto P masculino. Un sitio que está causando revuelo entre los hombres desde hace ya bastante tiempo pero que se han esforzado por censurar y mantener en completa privacidad debido a su controversial ubicación.
Este maravilloso punto, se encuentra situado en el conducto anal, por lo que incentivar a su estimulación puede resultar escandaloso para varios caballeros que consideran esta práctica como una tendencia homosexual. Sin embargo, esto es un completo error ya que el mencionado punto es simplemente una puerta de entrada para sentir sensaciones altamente profundas y excitantes que no implica necesariamente que quien se atreva a estimularlo sea gay.
¿Qué es el punto P masculino?
Entre los sectores más activos del sistema masculino, yace en posición casi totalmente vertical en el punto profundizado del hueso pelviano la uretra prostática. Más adelante se encuentra el extremo superior de la uretra, o sea, el cuello de la vejiga. Es ahí precisamente donde la glándula prostática rodea completamente a la uretra.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez y su función es muy importante: la de fabricar el fluido seminal. Se trata de un proceso continuo durante toda la vida del hombre. La próstata produce aproximadamente 1/16 onzas de líquido prostático diariamente. Sin la actividad sexual, este líquido se disuelve y se expulsa con la orina; la eyaculación mientras tanto, producirá un promedio de líquido seminal inferior a ¼ onzas. Intuitivamente se puede ver entonces la estrecha relación de este punto con la respuesta eyaculatoria masculina, por lo que no es de extrañar que su manipulación cause reacciones asociadas.
¿Cómo estimular el punto P de los hombres?
Como puedes notar, el punto P masculino se encuentra en el interior del cuerpo y no externamente visible como el pene o los testículos. Para llegar a ella, será necesario hacerlo vía anal, puesto que a través del recto es posible alcanzarla y masajearla. ¡Así es! Es cuestión de introducir un dedo o quizás un juguete de estimulación prostática para poder tocarla. Realmente no está muy distante del orificio de salida, por lo que al introducirse el dedo y realizar una curvatura hacia abajo será muy posible encontrarlo.
Una vez este sea hallado, será necesario comenzar a dar toques ligeros y suaves que estimulen el punto observando a su vez las reacciones del compañero. Algunos dildos ya vienen configurados para realizar ciertos movimientos especiales para causar excitación en este punto, el cual debe estar especialmente bien lubricado.
Como el mencionado punto está en el ano, será necesaria la aplicación de ciertas estrategias para promover a la dilatación del mismo para que la acción no se torne dolorosa. Debes saber que la sola penetración ya causará sensaciones diferentes que poco a poco tendrás que controlar, sumándole, además, lo que sentirás con el masajeo de la glándula prostática, por lo que paciencia aquí será tu mejor aliada.
¿Se alcanza el orgasmo estimulando el punto prostático?
En relación a esta interrogante te decimos con gusto que sí, es posible alcanzar un orgasmo con solo estimular el punto P. ¿Increíble no? El hombre posee otro lugar que le puede generar un clímax que no es el pene y que, además, muchos se atreven a asegurar es mucho más excitante. O sea, que no solo se alcanza el máximo placer, sino que se siente mejor.
Claro, toca aclarar algunas cosas para entender bien esto. Las sensaciones que se sienten al estimular el punto P masculino no son iguales a las que habitualmente se experimentan en el pene. Son muy diferentes y el individuo deberá aprender a procesarlas a través de ejercicios de respiración que le permitan concentrarse bien en lo que está sintiendo. Cuando esto sucede, el hombre será capaz de lograr un orgasmo sin la necesidad de manipular sus genitales externos por más increíble que parezca.
Como medio para acostumbrarse a la práctica, algunos hombres optan por el uso de juguetes sexuales masajeadores de próstata que al ser insertados estimulan directamente la zona y les permite a ellos en solitario o en compañía de su pareja, en forma directa, irse adaptando a las nuevas sensaciones hasta que las asimilan bien siendo capaces luego de disfrutarlas mejor. Será necesario una compañera amable y dispuesta a brindar sus mejores aportes en el proceso, que le vaya preguntando a su chico cómo se siente y que le gusta más para facilitar el proceso de excitación.
Tabúes relacionados con el Punto P masculino
Lamentable, y muy a pesar de la modernidad que absorbe al hombre de hoy, todavía existe una fuerte crítica cuando de prácticas sexuales que involucren el ano se trata. Es algo que todavía, en muchas regiones, no se considera un tema del todo normal por lo que es tratado en privado por los más osados que disponen de una mente abierta y quieren experimentar cosas nuevas.
Es necesaria, una amplia educación sexual para hacer entender a la sociedad en general que la estimulación del punto prostático no es una práctica que defina la orientación sexual de cada hombre, por lo que perfectamente, un matrimonio heterosexual puede agregar a sus prácticas intimas el descubrimiento de este punto en pareja y aquello no significa que sean anormales o que el hombre en cuestión tenga tendencias homosexuales.
Si bien es cierto que, los hombres que se consideran gay hacen buen uso de este punto para sentir placer, aquello no implica que la práctica este únicamente limitada a ellos. ¿Por qué? Porque el punto prostático forma parte de la anatomía masculina, tal cual como lo forma el punto G de la mujer y su exploración es un derecho de todos que no merece juzgamientos. Para que se entienda más claramente, un hombre heterosexual disfrutará que su mujer realice con él, esta práctica, mientras que uno homosexual querrá que sea su compañero el que lo haga.
Parece mentira, como muchos caballeros pasan gran parte de su vida sexual activa perdiéndose de estas grandiosas sensaciones por pena o temor a ser criticados. Cosa que es completamente innecesaria, atrévete a decirle a tu pareja sobre las nuevas sensaciones que quieres experimentar y no te niegues al placer.
¿Cómo decirle a mi pareja que quiero estimular mi punto prostático?
Dependiendo de cómo sea tu relación, se podrá medir el grado de dificultad para expresar esta nueva idea. Lo primero que debe asimilar internamente es que aquello, no es nada malo y que incluso, puede significar una nueva forma de conectarte con tu compañera y de que la confianza intima crezca. Si siempre han tenido un trato directo y sin restricciones, con el simple hecho de manifestarle tu intención queriendo incluirla, será más que suficiente para que se sienta atraída por encontrar una nueva forma de excitar a su pareja.
Aunque muchos no lo crean, un gran porcentaje de mujeres encuentran satisfactorio y hasta emocionante poder explorar en su hombre nuevos puntos que le hagan sentir bien, tomando esto como una manera de sentirse diferentes y especiales, puesto que saben que no todas las chicas lo asimilan con naturalidad, así que las más modernas, aprovechan esta ventaja como un medio para asegurar la atención de su hombre que valorara los talentos sexuales que esta demuestre tener y su comprensión sin juzgarlo.
Ahora, para las parejas más conservadoras, será necesario ir tocando el tema poco a poco para ir midiendo las reacciones de tu compañera y evitar obtener un rotundo no a la primera. Es lógico que cada relación es diferente por lo que solo tú serás capaz de saber cómo y en qué momento abordar a tu amante en un asunto de este tipo. Pero por supuesto, te decimos que vale la pena intentarlo y, cuando logres persuadir a tu pareja, entrégate al placer. Esperamos la información aquí descrita te ayude a decidirte y, a de una vez por todas, comenzar a probar esas sensaciones nuevas que pueden incluso romper con cualquier rutina que ya no este favoreciendo a tu relación de pareja. Atrévete a incorporar juguetes, nuevas posturas y exponle a tu pareja todo aquello que desees probar en relación a tu punto P, te aseguramos que solo lograras fortalecer la relación íntima impactando positivamente en la relación emocional de pareja.
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